Te amaremos hasta que nuestro corazón deje de latir

3 de julio de 2012

Atraccion Prohibida




¿Pero qué rayos…?

Bella P.O.V
Al día siguiente como habíamos prometido Jake y yo nos vimos y pues digamos, que tuvimos… una sesión de caricias las cuales a ambos nos llevo a la gloria en cuestión de minutos; pensaba que estos temas, solo se trataban en la cama, pero cuando Jake me incitaba a que ambos nos tocáramos y algunas veces nos masturbáramos juntos, en la oficina lo hacía sumamente más caliente y excitante.
Eso era lo mejor de todo.
Leah me había abordado minutos después de mi "reunión secreta" con Jake; al parecer ni ella ni nadie de la oficina sabían de lo nuestro y eso me alegraba hasta cierto punto, Leah me exigió saber que era lo que me pasaba y de porque Jake y yo nos habíamos hecho tan "amigos", ¿Era tan ingenua? ¿O acaso quería que yo misma le dijera? Fuera lo que fuera, le dije la verdad… a medias, o mejor aún, le dije la verdad modificada. Cierto, le dije que me gustaba alguien, en eso no mentí, le dije que era un poco mayor que yo, y tampoco mentí, aunque claro no especifique edad; le dije que era algo casi imposible, algo que si lo era, pero no le dije el nombre del susodicho. Y en cuanto a mi "amistad" con Jacob, pues le explique que era una sorpresa para ella, comprendió al instante, ya que su cumpleaños estaba a la vuelta de la esquina.
Cuando por fin, término con su bombardeo de preguntas, ahora fue mi turno para atosigarla con preguntas. Se excuso de su falta de comunicación conmigo y de no frecuentarme tanto en este último mes, pero claro estaba que ya comenzaba a formar una relación con un socio de Jake: Sam Uley, el chico que nos topamos en la fiesta de los Cullen, ellos llevaban semanas conociéndose, y Leah, pues se hacía un poco la difícil, pero cierto día –según Leah- él le confesó que sentía más que amistad por ella y que quisiera que ambos lo intentaran, ella no le dijo ni sí ni no. Solo que lo pensaría. Lo cierto era que a ella se le notaba que tenía un poco d inseguridad en cuanto a la relación que podrían tener ambos, claro que no me quede atrás y le dije que se animara, que se veía que Sam, era un tipo bueno y caballeroso, que la querría y respetaría hasta donde ella quisiera –ella lo tomo con doble sentido- pero que ante todo no tuviera miedo a sentir.
Me sorprendí ante mis propias palabras. Era fácil dar consejos, pero no llevarlos a cabo cuando eres tú el que los ofrece. Leah se veía tan feliz, por aquello que comenzaba a resultar con Sam, pero ella decía que a pesar de lo bien que se sentía siempre se mantendría alerta. Eso era más que una vil mentira, sin querer ella ya estaba cayendo en las redes del amor. ¿Qué me pasaba? ¿Por qué ando tan cursi?
-Isabella, pase a mi oficina- anunció Edward por el interfón sacándome de mis ensoñaciones
-Claro Edward, ya voy- conteste
Me levante de mi lugar y me adentre en la cálida oficina de mi jefe, al entrar el olor a fragancia masculina me había golpeado tan fuerte como un bat de béisbol. Cerré la puerta tras de mi.
¿Acaso se hecho toda la botella de la loción? Pensé cerrando los ojos y aspirando un poco de su aroma.
Sacudí levemente mi cabeza para poder aclarar mis ideas y no dejarme llevar por una de mis drogas favoritas: Las lociones masculinas.
-¿Todo bien Bella?- dijo un poco divertido Edward
-Claro, todo bien- dije abriendo mis ojos- ¿Qué necesita Edward?
-Primero- dijo levantándose de su asiento y caminado… ¿Seductoramente? Hacia mi- Deja de llamarme de usted, ya llevamos tiempo de conocernos y creo que deberíamos de hablarnos de tu… ¿Qué opinas?
-Está bien…Edward- dije un poco nerviosa, ya que estaba muy cerca de mi- ¿Qué mas necesitas?
-Necesito…-dijo con voz grave… & sus ojos verdes estaban totalmente dilatados- Te necesito a ti.
-¿Qué demonios…?...-Jadeé
Esperaba que todo esto fuera producto de mi imaginación, y para comprobarlo me enterré las uñas en las palmas de la manos. "Auuch" eso dolía, entonces no era un sueño. ¿Edward me estaba…seduciendo? Antes mis especulaciones, mi cuerpo quedo totalmente atrofiado y no podía moverme, el aprovecho aquel momento se acerco hasta pegar toda su hermosa anatomía a la mía y me besó pasionalmente.
Simplemente no podía reaccionar, "¡Vamos bella! te esta besando ¡Haz algo!" me decía mi mente, yo solo seguía ahí, como imbécil parada sin mover los labios, hasta que por fin mi cabeza hizo clic. Subí mis manos hasta los hombros de él y comencé a empujarlo, pero fue totalmente en vano, era mucho más fuerte que yo. Comenzó a morderme los labios, quizás como lo hacía Jake, pero esto… me dolía y no quería.
Me movía impaciente contra la puerta, necesitaba separarme de él, sus manos ansiosas comenzaron a recorrer mi cintura, querían despojarme de cada prenda que poseía y hacerme suya en ese momento. Comenzaba a asustarme, las lágrimas se acumulaban en mis ojos y los gritos se apagaban en mi garganta. No podía pedir ayuda, entonces su mano derecha levanto de golpe mi pierna izquierda y me pego más a él, ferozmente bajo su cabeza para morder y lamer mi cuello.
-No… no… quiero…-decía totalmente desesperada pero mi voz apenas era un susurro
-Vamos bella- susurro contra mi cuello- Se que me deseas tanto como yo a ti
-No…- jadeaba, simplemente no podía alzar la voz- De…Deja…Déjame…
-Vamos no te hagas la difícil
Me removí incomoda contra él, sentirlo todo, de pies a cabeza era una sensación sumamente horrible, no sé cómo fue que me moví, pero pude golpeara Edward en la espinilla, pero era demasiado rápido, no me dio tiempo de girar y salir por la puerta cuando él ya me tenía contra la pared de un costado besándome ferozmente y arrancando mi saco y camisa…
-Ay…ayu…da…- era en vano, sería violada y nadie sabría.
-Cállate- ordeno, y bajo directo a mi sostén- huum… Lo disfrutaras tanto como yo- afirmo
-¡Déjame!- le susurre y lo golpee en la entrepierna.
-Perra…-susurro
Antes de que se repusiera del golpe camine con la ropa a medio quitar sin importarme nada, pero la fría voz de Edward me hizo detener en seco.
-Dime Isabella… ¿Te gusta tu trabajo?
-¿Qué?-dije dándome media vuelta olvidando la puerta
-¿Te gusta lo que haces en esta oficina?
-si señor-dije bajando la cabeza
-Pues…-me tomo de la mano y me estrello contra la pared- Si quieres permanecer aquí… tendrás que hacer todo lo que yo te ordene
Para ese entonces me caían lagrimas de rabia, odio y repulsión, llegue a pensar de que quizás Edward era un buen hombre, pero que equivocada estaba; ahora me pedía que fuera su esclava sexual y que hiciera "todo" lo que él me pidiera; nunca pensé que me chantajearía de una manera tan baja, podría decirle que no, pero el trabajo lo necesita, no podía darme el lujo de rechazarlo; era igual de maldito que la esposa de Jake. Jake. Mis lagrimas cayeron aun mas fuerte al pensar en él, sabía que era muy poco probable que me encontrara en la oficina de Edward; ya que el había ido a cerrar un trato que casualmente Edward le había dicho que hiciera.
Edward comenzó a masajear uno de mis pechos; yo me mordía fuertemente los labios para no poder gritar y llorar como una niña a la que le quitan su dulce, no podía moverme, sus manos apresuradas desabotonaban mi camisa y me besaba con mucho ímpetu. Yo no correspondía a ningún contacto físico, y a él no le importaba. Me saco la camisa y bajo mi falda, dejando en ropa interior, estaba totalmente indefensa.
Perdida.
"Ayúdame Dios" pensaba fervientemente.
Cerré los ojos fuertemente, no quería ver la cara de él, no quería saber que fue él quien me había quitado mi virginidad.
-Buenas tardes Señ….-dijo una voz varonil muy diferente a la de Edward
-¡Ayúdame!-grite
Todo paso tan rápido, unas manos morenas se impactaron fuertemente en el rostro de ese mal parido de Edward, seguido de más puños, golpes e insultos hacía su persona, Edward al principio no pudo reaccionar ya que estaba "concentrado en lo que hacía" pero aquel dueño de tez morena había sido mucho más rápido que él.
Como pude me moví, levante mi falda y mi saco, me coloque ambas prendas, la camisa decidí dejarla ya que estaba toda inservible; me situé en un rincón de a oficina llorando libremente observando como dos hombres se peleaban; uno defendiendo mi integridad y el otro tratando de humillarme.
-¡Vuelve a tocarla Cullen! ¡Y te castraré yo mismo!
-¡LARGATE YA!- gritó Edward limpiando su boca de sangre.- ¡O LLAMARÉ A SEGURIDAD!
-Vámonos Bella- rugió
Me tomó de la mano, pero me era imposible moverme & enfocarlo con los ojos, entonces me puso su gabardina y me cargo en brazos, solo pude recostar mi cabeza en su hombro e inspirar aquel dulce aroma a hombre. Pensé que me llevaría a la oficina, o con Leah, pero no, al contrario, salió conmigo en brazos directo al elevador, todos nos observaban yo solo seguía acostada en su hombro. Subimos al elevador y llegamos a la planta baja, Ángela me vio y soltó un pequeño grito de horror.
-¡Bella!-dijo acercándose a nosotros-¿Qué le paso?
-Nada, esta bien-decía aun gruñendo él.-Me la llevo
-Pero…-trato de quejarse- Ok, cuídala por favor
-Lo haré-aseguro.
Me sacó en brazos del enorme edificio y nos subimos en un taxi, le dio una dirección y el auto nos llevaba hacia ella. Fue algo extraño, pensé que nos iríamos en su auto. Cuando por fin pude enfocar bien mi vista, una ola de vergüenza y tranquilidad me llenaron por completo.
-Gracias, Embry no tenías…-me disculpe con miedo
-Bella-dijo mirándome y baje la vista-Mírame-dijo con voz dulce y lo observe- No tienes porque disculparte, ese...Cullen quería violarte
-Pero me iba a quitar mi trabajo-me excuse
-Bella; nunca dejes que te hagan esto otra vez, ¿Si?-dijo con muchas expresiones en su rostro.
-Gracias Embry-dije y lo abrace.
El resto de trayecto nos fuimos abrazados, me sentía extrañamente protegida a su lado, cuando llegamos a lo que el me dijo era su apartamento, subimos para que pudiera darme una ducha y cambiarme de ropa, el vivía con su hermana Emily y ambas éramos de la misma talla. Se lo agradecí mentalmente, el no quiso que mal interpretara el queme haya llevado a su departamento, y no lo hice, cuando entramos no me fije en la decoración y fui detrás de él hacia el baño.
Una vez dentro del baño, me despoje de toda la ropa y le eche a la basura –a excepción de la gabardina de Embry-, me metí en la regadera con agua hirviendo y me talle con fuerza, queriendo borrar de mi piel aquellas estúpidas manos que trataron de tocarme, pero me era inevitable, estaban grabadas con cinceladas imposibles de borrar, las lagrimas caían por mis ojos sin piedad
-¿Por qué Jake no me salvo?- pregunte en voz alta
Pero de todos modos estaba feliz de que él no me hubiera encontrado, sino, ambos se hubieran matado ahí mismo, conocía a Jake y sabía que el sería capaz de matar a Edward por lo que trato de hacerme, cuando por fin estuve duchada, me puse unos cómodos Jeans y una playera de manga corta color rosa pastel.
Salí del baño y busque a Embry por el departamento, era muy lindo y acogedor, con paredes pintadas de un café claro, y piso de madera, lo busque por la sala, algunas habitaciones y por fin lo encontré en a cocina, preparando comida.
-Espero no te moleste comer algo aquí-dijo el sin voltear a verme
-No te preocupes-conteste- Esta bien ¿Qué es?
-Sopa secreta- dijo el con un tono de diversión- Bueno es una simple sopa, pero tiene un ingrediente secreto para que sepa genial
-Vaya, quiero probarla-dije contagiada de su alegría olvidando por completo aquella situación que me tenía aquí
Ambos nos sentamos en la mesa y comimos en silencio. En realidad la sopa esta muy buena, ahora entendía el porque "era secreta" Cuando finalizamos, platicamos por un largo tiempo, era cierto que solo había cruzado palabra con él desde la fiesta de los Cullen y sabía poco de él, y era muy agradable hablar con un chico de mi casi misma edad, Embry tenía veintiún años era el asistente personal de Sam –ahora novio de Leah según él- seguía estudiando en la universidad periodismo, el trabajo que tenía era para solventar los gastos de la escuela de él y su hermana, ella estudiaba Gastronomía y por lo tanto ella le enseño a Embry a cocinar. Le había preguntado el porque de su visita a Cullen & Asociados, y me dijo que Sam le había pedido ir por unos documentos que Edward le habría de dar para algunas nominas y contratos, confeso que pensaba ir mas tarde pero que decidió ir a la hora que paso aquello, se lo agradecí, de no haber llegado a esa hora, quien sabe que sería de mi. Después caímos en un incomodo silencio hasta que el lo rompió
-¿Quieres ver una película?- pregunto al fin
-Yo…-dije dudando al ver su reloj eran casi las cuatro de la tarde
-Vamos, yo te llevo a tu casa
Estuvo suplicándome por diez minutos hasta que por fin me di por vencida y acepte, nos acomodamos en el mismo sofá de dos piezas y decidimos ver la película de El pianista ya la había visto varias veces pero amaba esa película. Ambos estábamos en silencio, observando detenidamente la película, o al menos eso creía.
Se me ocurrió voltear a ver a Embry y el me miraba fijamente a los ojos, sus pupilas negras estaban totalmente dilatadas, y en ellos había un brillo especial, inconscientemente vi su boca. Era exquisita, estaba entre abierta, y no pude evitar el suspirar.
Ambos nos fuimos acercando poco a poco, hasta que nuestras respiraciones rosaban nuestra piel.
-Embry…-trate de quejarme, pero sonó como una ridícula súplica
-Bella…-dijo él suavemente- Me gustas… desde el primer día que te vi, me gustas y mucho-confesó
-Yo…
No me dejo terminar, ya que ambos nos fundimos en un beso, un poco caluroso pero lleno de amor por parte de él, yo al principio me negué pero por una desconocida razón, le correspondí. Mis manos se enredaron en su cabello un poco largo y jalan ligeramente de él, sus manos morenas y medianas, fueron directo a mi cintura, y me abrazaron.
Nos seguíamos besando hasta que recordé a Edward haciendo lo mismo. Lo aleje de un empujo.
-Per…Perdón…-decía jadeando Embry- No quise…
-No... te disculpes…-dije un poco más relajada que él- es que… me será imposible volver a besar después de eso Embry.
-Yo te cuidaré- dijo sosteniendo mi mentón con su dedo índice-Yo estaré aquí para ti
No pude más y solté a llorar en su regazo. Me había ablandado el corazón al decir aquellas palabras, lloraba porque, era cierto, no creía poder a hacer lo que teníamos Jake y yo, sin recordar lo que Edward estuvo a punto de hacerme, lloraba porque, le había correspondido el beso a Embry, lloraba porque, hasta este momento había olvidado por completo a Jacob.
Lloraba porque estaba completamente jodida.
Embry me abrazó y me acaricio el cabello; poco a poco, mis parpados se iban cerrando, y el sueño me iba ganando, cuando llegue aun estado de semiinconsciencia, sentí como unos brazos me levantaban del sillón y me depositaban suavemente en una cama, y me cobijaban.
-Duerme mi dulce Bella- susurro Embry
-Gracias…-logré articular
Me besó en la coronilla y se fue de ahí, no podía ni quería pensar, así que una vez más me sumergí en el mundo de los sueños, tratando de no pensar en nada.

1 comentario:

  1. hayyy que cosas le pasan a esta mujer enserio
    muy contenta con el cap y mas con la aparición de Embry, auuu cosita

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