Te amaremos hasta que nuestro corazón deje de latir

28 de mayo de 2012

Atraccion Prohibida






Capitulo 6: Ignorándose Mutuamente

Bella P.O.V
Después de aquel maravilloso y único beso que eh recibido en mis dieciocho años, me golpeaba la culpa cada vez que podía; el ver a la esposa de Jacob besándose con mi jefe y peor aún besarme con Jacob en el baño, de aquella recepción todo en un mismo día, era demasiado para mí.
Había pasado dos semanas y media, desde aquella vez en la que lo vi, y me enamoré. Porque; no quería aceptarlo, me había enamorado, al principio pensé que todo era un simple gusto, pero, conforme pasaron las dos semanas y media, recordaba con mucha nitidez aquel perfecto beso, y la necesidad que tenía de él, hizo que me diera cuenta de que siestaba enamorada. ¿Pero quién soy yo para quitarle todo lo que tiene? Nadie, solo soy una chiquilla de dieciocho años, porque a pesar de que ya tenía la edad legal, solo era un polluelo a comparación de toda la gente que trabajaba conmigo, era un bebe en pañales a comparación de Jake, y estaba segura de que él buscaba una mujer, no una niña.
Durante este tiempo, lo evite lo más que pude. Y me era casi imposible, ya que la oficina de Jacob y Edward están contiguas, Leah me pregunto qué había pasado esa noche, pero no le conté, le dije que le restara importancia, obedeció pero no quedo satisfecha. Y el lunes cuando todos regresábamos a trabajar, Jacob había llegado antes que todos –yo era la primera en llegar- y me lo topé, estuvo a punto de decirme que se arrepentía de aquel beso, pero no lo deje. Y cobardemente salí al baño, el resto del día y de las semanas, Edward me trajo muy ocupada y esto me dio alegría ya que eran las pocas veces que podía divagar en aquella situación. Y se lo agradecí infinitamente el que me ocupara en todo y nada a la vez, para así tener mi mente activa y poder olvidar aquella noche que quizás, nunca tuvo que pasar.
Y ahora, heme aquí sentada en el escritorio sin hacer nada, Edward había salido a unajunta a la cuál extrañamente, no me llevo; ¡bah! La junta se llamaba Tanya Denalí, y estaba más que claro que yo no estaba invitada, y ni quería serlo. Jacob Black, había desistido de buscarme así que hoy era fecha en que ambos solo nos saludábamos cordialmente, obviamente Leah noto eso, peor lo ignoro.
El zumbido de mi computadora hizo que regresará a la realidad. Había olvidado que tenía abierto el mensajero y que conversaba con Leah y Ang.
Leah Clearwater:
Leah te ah enviado un zumbido.
¿Bella, estas bien?
Bella Swan:
Claro, ¿por qué lo dices?
Le contesté de la manera más convincente que pude, mientras ella, tardaba mucho en escribir hasta que me respondió:
Leah Clearwater:
Bueno, sinceramente te eh notado algo extraña, te has vuelto un poco distante con todos, estas demasiada centrada en el trabajo; se que quieres dar lo mejor, pero desde aquella fiestas, te has comportado de una manera extraña, además, ¿Por qué Jacob y tu no se dirigen la palabra? Pensé que se habían caído bien…
¡Ugh!, al parecer Leah, no era tan despistada o tan tonta como pensé… ¿Y si le cuento de nuestro encuentro en el baño y del beso que tuvimos Jake y yo? ¿Se molestara?, Tenía que confiar en ella, porque en este tiempo, me había demostrado que era mi amiga.
Leah Clearwater:
Bell's, puedes confiar en mí, se que quizás sea difícil, pero si necesitas decirme algo, sabes que te escucharé y no te juzgaré.
Bella Swan:
Gracias Leah, en verdad gracias, y pues…creo que será mejor que te cuente, pero a la hora del almuerzo ¿vale?
Leah Clearwater:
Vale.
Y ahí termino nuestra conversación, me levante de mi lugar, y fui hasta la cocineta para prepararme un café, ya que pues; no había dormido muy bien últimamente, al llegar ahí, di gracias a Dios porque estuviera vacía. Tranquilamente saque mi taza de la alacena y me prepare mi café; mientras le echaba la leche Carnation* Sentí como alguien me observa, un poco asustada, por la penetrante mirada respire tratando de calmar mis nervios y me gire para ver quién era. Y Santísima mierda. Era él.
Oh por Dios, se veía tan sexy con esos pantalones de mezclilla y aquella camisa de cuadros azul marino adhiriéndose a su cuerpo ¿Qué se supone que tengo que hacer? ¿Saltar sobre él y besarlo?
-Buenos Días Bella- me saludo
-Bu… Bu... Buenos Días señor Black
Y como por arte de magia me ignoro. Paso de largo y también al igual que yo, se preparo un café, y los cinco minutos que estuvo ahí no me volteó a ver para nada, yo me quede estupefacta y traté de reaccionar. Volteé a ver mi café y seguí moviendo esa cucharita dentro de mi taza. Voltee a ver de reojo y el estaba dándole un sorbo a su café. "Que sexy se ve" pensaba constantemente.
-Nos vemos Bella- se despidió
-Nos…
Y sin darme tiempo, salió de la cocineta. Eso fue olímpico, me ignoro olímpicamente; y pensé que no me dolería, pero me sentía en el mismo infierno. El hombre que amaba en secreto y que sabía que era prohibido me había ignorado. Quizás, ya se había dado cuenta del error que había cometido al besarme.
Algo dentro de mí se rompió.
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Jacob P.O.V
Habían pasado dos y media jodidas semanas, en las que Bella me evitó; al principio, la buscaba para decirle que no me había arrepentido de aquel beso, es más estaba dispuesto a decirle que la protagonista de mis fantasías más oscuras era ella. Pero por algo lógico –edad, casado, trabajo- ella se alejaba de mí.
¿Acaso se arrepintió de besarme?
Idiota, la respuesta era sí. Porque yo era casado esa simple palabra, arruinaba todo, quizás, a ella no le importara la edad, o no tanto como una sortija de matrimonio y unos papeles que digan que tengo pareja, que por cierto, a la cual ignoro y me ignora completamente. Cuando termino aquella fiesta, Reneesme volvió a ser igual de dulce y tierna, por lo que me extraño, pero al ignore y ella me ignoro olímpicamente, ya me daba igual; ahora, solo quería estar con Bella.
Desde que nos dimos ese beso, no podía sacármela de la cabeza, su olor a fresas lo tenía grabado en mi mente; y cualquier cosa me recordaba a ella, la dulzura, la alegría, un sinfín de cosas. Y había intentado por todos los medios pedirle que nos siguiéramos viendo, que, aunque sabía que era una locura, que ambos nos demostráramos amor, porque sabía que ella muy en el fondo había sentido algo por mí. Y sé que sonaba tonto pero, yo me había enamorado.
¿Tan necesitado estas Black?
No claro que no, pero es que la simple presencia de ella, me llenaba de felicidad, el simple hecho de verla ese día con aquel vestido; perderme en sus ojos marrones, supe que me había enamorado, fue algo parecido a amor a primera vista pero con mayor intensidad. ¿Ella sentiría lo mismo que yo? Quizás si, quizás no. Quería averiguarlo, pero su actitud, me lo impedía totalmente.
Después de una semana de tratar de hablar con ella sobre el tema, me di cuenta de que estaba perdiendo mi tiempo; ella ya había superado aquel beso y no le importo en lo más mínimo lo que yo sentía; ella me ignoraba y yo como un imbécil tras de ella. Este juego era de dos; y yo estaba dispuesto a jugarlo. Si ella me ignoraba. Yo la ignoraría. Aunque me doliese en lo más profundo de mí ser.
Y así fue, durante la semana y media la había ignorado olímpicamente, solo le daba el "buenos días" y era todo. Pero por dentro me rompía cada vez, que le decía eso de una manera tan fría y maldita, porque ella no merecía ese trato por mi parte. Esto me estaba matando poco a poco.
Y heme aquí, en el baño, tratando de despejar un poco mis pensamientos, me estaba fastidiando de aquel estúpido jueguito por parte de ella. Quería ir y besar aquella magnifica boca que me llevo a la gloria en un santiamén; pero no podía y no debía, ella era prohibida.
-¿Y que harás con eso Jake?- me dije mirándome al espejo
Abrí el grifo del agua y me moje la cara, me sentí un poco despejado y relajado, tomé una toalla y me seque el rostro; y con un suspiro que me pareció que duro años, salí de ahí.
"¡Santísima mierda!" pensé
Era ella, se veía tan hermosa con aquel traje, aquella falda negra que le llegaba un poco más arriba de sus rodillas, aquel saquito que le moldeaba perfectamente su cuerpo de mujer, y su hermoso cabello, suelto cayendo en ondas por su espalda. Vaya que el destino y la suerte me odiaban, ella y yo, solos en la cocineta de la oficina. ¿Qué es esto? ¿Una señal?
Ella se tenso al instante, y lentamente volteo a verme. Y quedo… ¿Sorprendida?
-Buenos días Bella- le dije
-Bu… Bu…Buenos días señor Black
Hice caso omiso a la formalidad que quería dar, y me preparé un café, la ignore lo más que pude, pero me era inevitable, solo la vi unas cuántas veces de reojo, viendo como se mordía nerviosamente su labio inferior, y empeorando las cosas.
"Quisiera ser yo quien te muerda ese labio…"
Basta Jacob. No podías pensar eso, por andar pensando en morderle ese pequeño y provocativo labio, me había echado demasiada azúcar. Lo probé… ¡Ugh! Demasiado dulce, todo por andar en lugares que no debía. No quería pero tenía que irme.
-Nos vemos Bella
-Hasta…
No deje terminarla y me salí de aquel infierno. ¿Por qué tenía que casarme? Si al menos la hubiera conocido antes que a Reneesme, estaría seguro de que ella sería mi mujer y no… ella.
Llegue a mi oficina, y deje por un lado el estúpido café endulzado, cerré las cortinas ya que no quería ver pasar a nadie ni que nadie me viera a mi, me puse hacer unos papeles, y le reste importancia a Leah. No sirve, me sirve, ¿Qué rayos es esto? Basura. Basura. Basura. Basura. Basura. Y más basura.
Toc, Toc, Toc.
-Pase- contesté. No hubo respuesta- ¡Pase!- grite un poco molesto
Entonces poco a poco la puerta se abrió y me dejo ver a la hermosa mujer de ojos marrones. ¿Qué hacia ella aquí? ¿Qué acaso no me ignoraba?
-¿Bella?
-Jake… -susurro, se escucho tan sexy, que comencé a percibir un "pequeño" problema en mis pantalones- Ya no puedo más.
-¿Pero qué...?

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