Capitulo 16: Destino
El futuro es algo
que cada cual alcanza a un ritmo de sesenta minutos por hora, haga lo que haga
y sea quien sea.
Clive Staples Lewis (1898-1963)
Escritor británico.
Pasajeros favor de abrocharse los cinturones estamos a
punto de despegar.
Escuche la voz de la azafata dándonos instrucciones, un poco temerosa
tome el cinturón que se encontraba a un costado de mi asiento y lo abroche, esta
era la primera vez que viajaba en un avión y estaba relativamente nerviosa.
-
No te preocupes, yo
estoy contigo – tomo mi mano, voltee a mirar a mi acompañante, el se mostraba
tranquilo, lo único que hice fue devolverle una media sonrisa y asentí con mi cabeza.
-
Si Bells, no es nada
del otro mundo, ya veras, tranquila – Alice se encontraba del otro lado del
pasillo, junto con Seth y Jessica.
-
Será divertido
Bella, hay que disfrutar – el se encontraba muy sonriente, Jessica tenia tenía
su reproductor de música a todo volumen.
-
Duerme, el viaje se
te hará menos pesado – se recargo sobre su asiento y cerro los ojos, mire por
la ventana y vi como el avión comenzaba a moverse, me aferre muy fuerte a su
mano y el soltó una risita – Tranquila, anda cierra los ojos – seguí las instrucciones
de Edward y me puse a pensar en como fue que me convencieron a hacer esta
locura…
..:: FLASH BACK ::..
-
Bella ¿Ya terminaste? – replicaba mi madre desde el segundo piso,
mientras yo estaba en la cocina terminando de decorar el pastel.
-
Si mama, ya casi termino – le grite mientras reía
junto con Edward, la verdad es que los postres jamás habían sido mi especialidad
pero estaba haciendo mi mayor esfuerzo.
-
Le va a encantar, ya lo verás – de verdad esperaba que
lo hiciera, mire a Edward y su mirada me lleno de confianza, observe una vez
más el resultado de más 2 horas de gran esfuerzo, me sentí satisfecha. Corrí hacia el patio trasero, para terminar la
decoración esperando que estuviera lista – anda yo termino de arreglar esto, tú
sube a cambiarte, no queremos asustar a los invitados.
-
¿Tan mal soy en la cocina? – le pregunté mientras
intentaba sacudir la harina que tenia sobre mi ropa, el rió ante mi pregunta
-
No es eso y lo sabes, es solo que... – se acercó a mi
y pasó sus manos por mi rostro – no toda la harina termino en el pastel –
inmediatamente me puse roja de la vergüenza, no quería averiguar que cara
tenia.
-
Gracias Edward, me voy a cambiar – agache la mirada y
me eché a correr nuevamente hacia mi habitación. Pude escuchar que el reía.
Tenía muy poco tiempo para cambiarme. Entré en el baño y me di una ducha
rápida, salí envuelta en la toalla procurando no caerme ya que aún traía los
pies mojados.
-
¿Puedo pasar hija? – mi madre tocaba la puerta.
-
Si adelante – me encontraba frente a mi tocador
cepillando mi cabello.
-
¿Quieres que te ayude en algo cariño? – tomo mi
cepillo y comenzó a desenredarme el cabello.
-
No mamá estoy bien – le respondí con sinceridad.
-
Mmm… - dudo por un momento
-
Enserio estoy bien, es mejor que bajes a ayudarle a
Edward, se quedo en el patio, terminando de poner la decoración.
-
Hay Edward… invité a Carlisle y a Esme a que nos
acompañaran un rato, se que es una fiesta de niños, pero también asistirán
algunos padres, espero que puedan asistir – me dijo con la mirada un poco
perdida, como si su mente comenzara a volar en los recuerdos que esa amistad
traía consigo…
-
Si mamá, yo también – deposito un beso en mi mejilla y
salió de mi habitación. Fui hacia mi closet y tome un vestido que hacia tiempo
mi mamá me había regalado, solo lo usaba en ocasiones especiales. De pronto, se
me vino a la mente Esme, hacia mucho tiempo que no la veía, y a decir verdad
pensaba que no era de su total agrado, ya que innumerables veces en el pasado
se rehusaba a platicar conmigo, siempre encontraba una excusa o algún pretexto
para no hacerlo. Edward intentaba disculparse conmigo por el comportamiento de
su madre y me daba muchos argumentos para justificar la actitud, pero a mi no
me convencían del todo. Carlisle era todo lo contrario a ella, un hombre justo,
honesto y muy amable, que tenia muchos gestos de cariño hacia mi familia por la
gran amistad que existió entre mi padre y el. Deje las cavilaciones para otro
momento, termine de hacerme una coleta y salí de mi habitación para ayudarle a
mi madre en todo lo que le hiciera falta.
Los niños comenzaron a llegar, junto con sus padres, poco a poco, las mesas
que habíamos puesto se iban llenando y las risas inundaron la casa por
completo. Mi hermanita, ya se encontraba con ellos y corría de un lado para el
otro, me daba tanta alegría el verla feliz, el verla sonreír. Edward me ayudaba
a atender a los invitados, mientras que mi madre se encargaba de recibirlos
cordialmente.
-
Edward… ¿Qué se supone que estas haciendo hijo? – era
Esme, se escuchaba enojada, yo me quede quieta por un momento.
-
Estoy ayudando a atender a los invitados mama – le
decía con una gran sonrisa en el rostro, traía puesto un gorrito de cumpleaños
y su cabello cubierto de confeti.
-
Si eso es lo que estoy viendo, no tienes necesidad de estar
haciendo esto, ven acompáñanos a sentarnos – tomo su mano e intento llevarlo
con ellos.
-
No mamá, por favor, no quiero iniciar una nueva
discusión contigo – tuve que intervenir.
-
Déjalo Edward, ve a sentarte con tus padres – le quite
las cosas que traía de las manos, Esme me miraba ceñuda.
-
No Bella, voy a ayudarte y tu mamá, por favor, ve a
acompañar a mi padre – su madre me hecho una mirada fulminante y se alejo a
donde su esposo platicaba animadamente.
-
Bella, no sabes cuanto lo siento – intentaba disculparse
pero yo no lo deje continuar.
-
No Edward, no tienes nada de que disculparte,
perdóname tu a mi por hacer que me ayudarás – me encamine hacia la cocina
apunto de derramar una lagrima, pero del coraje que sentía, no sabia porque
Esme me despreciaba tanto.
-
Hey! – me tomo del brazo e hizo que me girara para
encararlo, levanto mi barbilla con la mano que tenia libre yo me rehusaba a
mirarlo – Bella… por favor – me aguante
las ganas de llorar, no debía demostrarle que eso me afectaba – nuevamente te
pido perdón por el comportamiento tan infantil de mi madre… es que… - no sabia
como continuar, yo si…
-
Solo que yo no le agrado, es muy simple – le dije
sinceramente, a mi mente vinieron los momentos de cuando aun mi padre estaba
vivo, la relación entre Esme y Charlie nunca fue buena, todo lo contario a Carlisle…
-
No, no es eso, es solo que no esta de acuerdo con…
-
Chicos, ya vengan a partir el pastel – llego mi madre
a interrumpirnos, entre rápidamente a la casa a dejar las cosas que traía en la
mano y me dirigí hacia el jardín, no quería ponerme triste en un día tan
especial para mi hermana…
………………oOo……………….
-
No te apures, yo te ayudo a llevarla a su habitación –
con mucho cuidado Edward tomo a Bree del sofá en donde se había quedado
dormida, después de haber corrido todo el día y de jugar como nunca con sus
amigos, Bree cayo rendida tras haber despedido al ultimo invitado. Para nuestra
fortuna, Sam Uley esta vez no hizo ningún destrozo, al contrario, le trajo un
bello regalo y estuvo muy cerca de ella durante toda la fiesta, la miraba con
mucha ternura, ahora entendía su comportamiento, en el pasado tal vez pensaba
que al molestarla llamaría su atención, pero ahora la trataba con delicadeza,
no pude evitar reírme, mi hermanita tenia pretendiente – ¿Qué es lo que te
parece tan gracioso? – me pregunto Edward cuando se sentó a mi lado nuevamente
en el sofá.
-
Bree y Sam Uley – el también rió al recordar lo
sucedido esta tarde, cuando el niño fue capaz de comerse un gusano en lugar de
mi hermana, su mamá lo regaño horrible, pero se gano un beso en la mejilla de
parte de ella…
-
Si es increíble,
Bree esta creciendo demasiado rápido – era verdad, en mi mente aparecieron recuerdos de mi
infancia; cuando corría a la cama de mi madre que estaba en el hospital,
después de dar a luz, recordaba su carita regordeta, esos hermosos ojos, su
mente tan despierta y sus increíbles balbuceos…
-
Si – le conteste sinceramente – es una lastima que yo
me haya perdido de algunos momentos importantes en su vida – parecía que la
noche era de recuerdos, ya que por estar en mi mundo, en mi burbuja
inexistente, me perdí de los triunfos de ella, de un campeonato de natación en
el cual le habían ofrecido una beca, cuando Sam le robo su primer beso, cuando
tuvo su primera riña, en fin, sentí que desperdicie valioso tiempo a su lado,
eso era algo que jamás me perdonaría, ya que el día que mi padre murió me hice
esa promesa, cuidar y estar siempre para ellas.
-
No digas eso Bella,
ella lo entiende, es una niña muy inteligente ¿recuerdas? – asentí con la
cabeza – aun tendrás muchas cosas que compartir con ella, muchas anécdotas que
te compartirá, cosas que realizaran juntas – iba a responderle pero tocaron la
puerta, me levante sin muchas ganas a abrirla, mi madre se encontraba en la
cocina junto con Carlisle… me sorprendí
al descubrir de quien se trataba...
-
¿Jessica? – pregunte asombrada, ya era muy noche para
que aun estuviera a estas horas en la calle.
-
Hola Bella – detrás de ella se encontraba Seth junto
con Alice, que llevaba una enorme caja entre sus manos.
-
¿Podemos entrar? – me preguntaba, lo único que hice
fue abrirles la puerta e invitarlos a pasar, la lluvia amenazaba con caer
estrepitosamente una vez más. Cuando ya estuvieron todos sentados se dedicaban
a mirarse nerviosos entre si, supuse que Edward sabía a que habían venido ya
que junto con Alice y Seth se daban unas miadas de complicidad. El silencio se
volvió un tanto incomodo…
-
Y bien… ¿A que debo el honor de su visita? – les dije
mientras removía nerviosamente mis manos.
-
Queremos que vengas con nosotros – soltó rápidamente
Alice, quien se escudaba detrás de el paquete que reposaba en sus piernas.
-
¿A dónde? – pregunto mi madre que atravesaba el umbral
de la sala, cruzo su brazos enfrente de su cuerpo esperando una respuesta.
-
Eso mismo me preguntaba yo mamá – volví a mirarlos
insistidamente, conocía perfectamente a Alice y sabía que algo se traía entre
manos.
-
Que bueno que llego señora Swan – se levanto del
sillón y extendió su mano hacia ella.
-
Lo mismo digo Alice, mucho tiempo sin saber de ti – la
atrajo hacia ella y le dio un fuerte abrazo – Y ustedes chicos… ¿No me van a
saludar? – se dirigió al resto de mis amigos, los cuales se disculparon y la
saludaron con la misma efusividad que Alice – Y bien… ¿A dónde quieren llevar a
Bella? – en ese momento apareció Carlisle quien se sentó en el respaldo del
sillón donde estaba Edward, el miraba divertido la escena.
-
Bien chicos, es hora de hablar, estoy segura de que
Rene no se negara – Seth parecía divertido mientras Carlisle hablaba.
-
Esta bien si nadie se atreve a hablar, yo lo haré –
Edward se levanto de su asiento y hablo – Rene, queremos que permitas que Bella
viaje con nosotros – lo mire sin comprender – ya se va a terminar el ciclo
escolar y queremos irnos todos de viaje, mi padre – dijo señalando a Carlisle –
esta de acuerdo, y que más quisiera yo que nos acompañaran pero Alice – ella
rió al escuchar su nombre – dice que será un viaje aburrido para ustedes – mi
madre miro un poco ceñuda a Alice quien inmediatamente dejo de reír, pero ¿Qué
pensaban? Estábamos al final del curso escolar, exámenes, entrega de trabajos,
todo eso.
-
No te preocupes por la escuela Bella, además de que
vamos con muy buenas calificaciones tenemos al profesor Jasper de nuestro lado
– Alice hablaba de manera seria, cosa que jamás había visto en ella – y solo
serán unos cuantos días, no nos vamos a ir todo el año.
-
¿Y a que lugar piensan ir muchachos? – mi madre se
sentó a mi lado y paso un brazo por mis hombros, yo me recargue sobre su pecho
esperando una respuesta a Alice parecieron
brillarle los ojitos.
-
Eso es algo que solo te diremos a ti Rene, porque es
una sorpresa para Bella – todos se rieron del comentario menos yo – vamos
Bells, hace mucho tiempo que no estamos juntos, desde lo sucedido con Jake – lo
ultimo lo dijo en un susurro, mi corazón reacciono automáticamente al
escucharlo nuevamente, me levante del sofá y me pare frente a la ventana, sabia
que el tiempo había pasado volando y que tenia que hacerme a la idea de jamás
regresaría, pero simplemente su recuerdo quemaba, dolía, aun no estaba
preparada para soltarlo, para ya no amarlo – ayúdanos a ayudarte Bella, nos
duele verte así – el silencio se hizo presente nuevamente en la casa, solo el
sonido de las gotas sobre el césped era lo único que prevalecía, cerré los ojos,
intentando remontarme al primer momento en que nuestras miradas se cruzaron.
-
Bella – la voz de mi madre me hizo regresar nuevamente
a mi cruda realidad – creo que tus amigos tienen razón mi niña, deberías de
tomarte un descanso, relajarte, descansar – me abrazo por la espalda y una
lagrima se resbalo por mi mejilla, una parte de mi conciencia sabia que era lo
mejor, pero la otra parte era, una necia obstinada ansiosa esperaba despertar
de este sueño perverso en el cual había caído. Tome una decisión.
-
Esta bien Alice, solo espero que lo que traes en tu
caja no sea ropa de viaje – todos rieron
-
No Bella, no es ropa para ti, sino para Bree… ¿Crees
que me olvidaría de su cumpleaños? – me acerque a ella y le di un fuerte
abrazo, mire a mis demás amigos agradecida por aquel gesto que tenían conmigo.
..:: FIN DEL FLASH BACK ::.
-
Dormilona – escuche
una voz lejanamente – Bella, despierta, ya llegamos – poco a poco mis ojos iban
abriéndose ante la luz que los cegaba, movía mi cuerpo tomando conciencia de
las extremidades que lo conformaban, el rostro de Edward se encontraba a muy
pocos centímetros del mío, su mirada era tan
intensa, tan cargada de
¿tristeza? ¿decepción? que me
quede aturdida por unos momentos.
-
Eh… Ya estoy
despierta – agache mi mirada y me incorpore lentamente, el también se levanto
dejándome el camino libre, tome mi bolso del maletero y camine por el pasillo.
-
La siesta te sirvió
¿No Bella? - Seth estaba recargado sobre
uno de los asientos, comiendo unas galletas, yo solo me ruborice, esperaba no haber hablado de más mientras
dormía.
-
Bien… bien es hora
de irnos, que los coches nos esperan – decía Alice mientras caminaba a la
salida…
-
Ahora si ¿Me vas a
decir en donde estamos Alice? – intente mirar por las ventanillas buscando
algún indicio del lugar en donde nos encontrábamos pero el sitio era totalmente
desconocido para mi.
-
Ok Bella – se paro
y volteo a mirarme – solo si prometes relajarte y disfrutar del viaje – levanto
su mano ofreciéndomela, la mire por algunos momentos, sabia que me iba a repetir
de esto pero la estreche sin importar lo que viniera – me haces tan feliz –
daba saltitos de felicidad – pues verás estamos en Hawai – dijo esto mientras bajaba
lentamente del avión, yo me quede estupefacta al mirar el paisaje que tenia
frente a mis ojos, el calor de la brisa de verano se estrello contra mi cara
cual estampida de elefantes al cruzar la
pradera, ¿Hawai? No podía estar en Hawai,
siempre me lo había imaginado tan verde, tan diferente, pero con lo que me encontraba
era un escenario árido. Baje con cuidado las escaleras procurando no tropezar
con mis piernas – si, se que no parece Hawai pero bienvenida a la Isla de Kauai
– rápidamente a nuestro encuentro llegaron 3 personas con collares de flores
dándonos la bienvenida.
-
Señorita Alice
mucho gusto de tenerla nuevamente con nosotros – le decía un hombre mayor que
se veía amigable
-
Gracias Roberto,
sabes que el gusto es mío – le dio un fuerte abrazo y después se dirigió hacia
nosotros – chicos el es Roberto, un amigo de la familia – el nos saludo con la
mano – muchachos sean ustedes bienvenidos al aeropuerto “Lihue” espero que su estancia en Kauai sea placentera – Alice lo
tomo del brazo y tomaron camino hacia los coches.
-
¡Esto es genial! –
decía Seth muy emocionado – verán que nos vamos a divertir como nunca
-
Parece que el chico
esta muy entusiasmado – Jessica se acoplo a su paso y caminaron juntos detrás
de Alice.
-
¿Te sientes bien? –
Edward me veía preocupado
-
Si, solo que aun no
creo estar en Hawai – el rió ante mi expresión - ¿Por qué no me dijiste nada? –
le recrimine
-
Lo lamento, pero
Alice me prohibió decirte palabra alguna, además de que queríamos que fuera una
sorpresa y veo que resulto favorable – llegamos a los coches y los abordamos,
Alice estaba en el asiento de copiloto.
-
Espera que veas el
lugar al que vamos, te va a encantar – se abrocho su cinturón y el auto
encendió la marcha.
Conforme el coche avanzaba, aquel verde que había esperado se hizo
notorio tras cruzar algunas colinas, realmente la isla era hermosa, el cantar
de las aves estaba en todo su apogeo, el aroma del mar no se hizo esperar,
creando en mi unas ganas locas de irlo a visitar. Cada kilómetro recorrido era
descubrir algo nuevo en la naturaleza, encontrándonos a nuestro paso desde
llanuras desérticas, dunas de arena y asombrosos picos montañosos, Jessica no
dejaba pasar la oportunidad de tomar una que otra foto de aquel paisaje tan
sorprendente que nos tenía fascinados.
-
Sean cordialmente
bienvenidos a “Maluhia” – un
hombre moreno nos abrió la puerta del coche ofreciendo su mano para ayudarme a
bajar del auto, el lugar era realmente sorprendente, lo verde del lugar me hizo
recordar mi precioso Forks – pasen, pasen tenemos listas sus habitaciones –
entramos a la cabaña en la cual nos asignaron nuestras habitaciones
-
¿Y? ¿Qué te parece el lugar? – decía Alice
mientras ponía su maleta sobre su cama, yo me dedicaba a mirar por la ventana
el hermoso lago que se veía a la distancia.
-
Que es un lugar increíble Alice, tiene
algo, no se como llamarlo, magia, paz, tranquilidad, algo que hace mucho tiempo
no sentía – dije esto ultimo en un susurro, el calor que sentía me recordaba mucho
a Jake, mis ojos se llenaron de lagrimas al pensar que por un momento fui feliz
entre sus brazos. Alice me abrazo por la espalda recargando su cara sobre mi hombro.
-
Vamos Bells no puedes seguir así.
-
Lo se Alice lo se, se que ya no tengo que
estar así pero me es imposible asimilarlo, aun no me hago a la idea de que se
haya marchado – seque inmediatamente mis ojos evitando que las lagrimas se
derramaran por mi cara – pero mira, no te arruinare el viaje, ¿Qué haremos esta
tarde? – ella me miro aprensiva y me dio una sonrisa de complicidad.
-
Pues que te parece si nos internamos en el
“spa” – hizo un ademán con sus manos que de verdad me hizo reír – anda vamos a
que nos consientan, nos lo merecemos
-
¿Y los chicos? y ¿Jess? – no había
escuchado algún ruido con el cual se hicieran notar
-
Pues los chicos seguramente se fueron a la
playa a eso del “Surfing” Seth estaba realmente emocionado y creo que jalo a
Edward a sus locuras y Jess pues pidió una recamara para ella sola pero iré a
ver si quiere ir con nosotras ¿Esta bien? – asentí con mi cabeza – mientras tu
cámbiate y ponte algo más cómodo – me dio un beso en la mejilla y se acerco a
la puerta – no te preocupes, nos reuniremos todos en la cena – dijo esto y
salio a buscar a Jessica.
Note algo extraña a Jessica durante
el trayecto, ausente, preocupada, intente acercarme a ella para preguntarle que
era lo que le sucedía mientras Alice arreglaba todo
-
¿Estas bien Jess? Te noto preocupada – me miro nerviosa
-
No, no es nada, estoy bien, es solo que –
creo que se estaba debatiendo mentalmente sobre algo que quería decirme – no,
no es nada, olvídalo – se dio media vuelta dispuesta a irse, la tome del codo y
no permití que se fuera
-
No Jess, no estas bien ¿Qué sucede? –
estaba apunto de derramar las lagrimas
-
Es solo que… Estoy preocupada por… mi
hermano – dijo sorpresivamente.
-
¿Jack? ¿Qué le sucede a Jack? – pregunte
angustiada, no hablaba mucho de su familia, y mucho menos de su hermano, tenia
la misma edad que ella pero muy poco sabíamos de el.
-
Ya esta todo listo los chicos nos esperan –
llego Alice y nos miro – perdón ¿Interrumpí algo?
-
No, no es nada Alice, vamos – dijo
restándole importancia a lo que estábamos hablando.
-
Está bien andando – nos mostró una gran
sonrisa y entramos al spa. Todo el día nos consintieron de lo mejor, entre
tratamientos de cromoterapia, reflexoterapia, saunas hasta faciales que dejaron completamente mi cuerpo relajado.
……………oOo…………….
-
Te dije que te encantaría – decía Alice
mientras entrábamos a nuestra habitación a cambiarnos para la cena – y ese
chico no dejaba de mirarte.
-
Sabes bien que no estoy interesada en
ningún “chico” Alice
-
Lo se, pero algún día tendrás que olvidar a
Jake y rehacer tu vida cariño, no puedes llorar por siempre su muerte – y
nuevamente el fantasma que atormentaba mi vida aparecía en mi mente “Jake” –
mira no quiero que me lo tomes a mal, pero la vida sigue, tu estas aquí, estas
viva, no te puedes negar la posibilidad de amar nuevamente, estoy segura de que
el hubiera querido eso, que no te dejarás caer, que no te dejarás vencer.
-
Chicas, ya estamos listos para cenar
¿vienen? - Seth asomo su cabeza por la
puerta – perdón, creo que interrumpí algo importante – dijo después de haberme
mirado con los ojos llorosos
-
No Seth, vamos – el me miro aprensivo y
salimos de la habitación, no quería seguir discutiendo el mismo tema, sabia que
tenia que olvidarlo pero algo dentro de mi inconciente seguía anhelando su
presencia, seguía pensando que estaba bien extrañarlo, y eso era algo contra lo
que yo no podía luchar.
……………..oOo……………….
La mañana siguiente, el deseo de
visitar el mar se hizo nuevamente presente, al sentir sobre mi rostro esa brisa
calida tan placentera, sin mucho pensarlo después del desayuno tome el cuaderno
de dibujos que Bree me dio antes de salir de casa, aborde uno de los
transportes que ofrecían en el lugar y me dirigí a la playa. Sin duda alguna
aquel recuerdo que tenia del mar en mi infancia quedaba completamente opacado con
la belleza que observaba en esos momentos, ese azul tan intenso, tan profundo y
tranquilizador se extendía a lo largo de toda la costa, había personas
caminando felizmente por ella, tomando fotos para que este recuerdo perdurara
por siempre, el cielo un poco nublado hacia del clima algo realmente acogedor.
Me senté y comencé a dibujar el hermoso paisaje, en un intento de capturarlo más
que en mi memoria, en algo tangible, por que al fin de cuentas eso es lo que
siempre importa, las cosas que están contigo, y no solo las imaginaciones
absurdas que haces en tu mente.
-
Eres realmente buena – pegue en salto al
escuchar la voz de Edward
-
Gracias – le dije mientras intentaba
guardar nuevamente mi cuaderno
-
No, ¿Qué haces? Déjame, déjame ver –
rendida acepte que viera los trabajos que había realizado, la mayoría eran de Bree mientras dormía o
cuando la agarraba de buen humor dispuesta a ayudarme, otros tantos eran de los
raros paisajes que existían en Forks, el miraba asombrado cada uno de ellos,
hasta que llego a uno que realmente no recordaba haber hecho, aquel lago al
atardecer, aquel recuerdo que nuevamente causaba estragos en mi memoria – wow –
expreso – ¿Qué lugar es este? No lo recuerdo – intente disimular mi asombro.
-
Es un lago ahí en Forks – dije indiferente
-
¿Enserio? Jamás lo he visto… No me digas
¿Te internaste tu sola en el bosque? – me miraba con reproche
-
No, nada de eso – era raro que no lo
recordará ya habíamos estado una vez ahí – recuerdas – trague saliva en un
intento de relajar aquel nudo que empezaba a formarse en mi garganta, el me
miraba pensativo – ¿Recuerdas el día en que nos anunciaron que Jake estaba
muerto? – dije apenas en un susurro, desvío su mirada con dirección al mar, yo
lo imite tratando de controlar nuevamente esas tontas e incontrolables ganas
que tenia de llorar cada vez que mis labios pronunciaban su nombre.
-
Si, si lo recuerdo – permanecimos unos
minutos en silencio, mientras observábamos a los chicos jugando en el mar – ¿Ya
has pensado que es lo que quieres hacer saliendo del colegio? – agradecí el
cambio de conversación
-
No, aun no decido que es lo que quiero
hacer ¿Y tu? ¿Ya sabes a que universidad vas a ingresar? – apareció en su
rostro una sonrisa, claro, el ya lo sabia.
-
Sabes que mi sueño siempre ha sido estudiar
los medios de comunicación, en especial la radio, a veces la voz, más que un
rostro, es mejor para reconfortar a la gente, transmitir un mensaje positivo,
llegando a miles de lugares cada mañana, cada tarde, eso es lo que realmente
quiero hacer, por eso me uní al grupo de radio de la escuela ¿Recuerdas? –
claro que lo recordaba, en un intento de alentarlo a luchar por su sueño, entre
con el a ese grupo.
-
Claro como no recordar a la voz más “sexy”
que hay en la escuela – rió – y solo cito el comentario que más suena por los
pasillos de la escuela Edward.
-
No exageres, muchas en los pasillos ni
siquiera me reconocen y eso es lo que quiero, el anonimato – reímos nuevamente
– pero es enserio Bella ¿Qué es lo que te hace feliz? – dijo mirando
insistidamente - ¿Cómo te ves a futuro?
-
Me hace feliz esto – dije señalando el
hermoso paisaje que teníamos enfrente – mi familia, mis amigos, la
tranquilidad, un buen café, una buena charla, mis dibujos – dije pensativa…
-
Se que lo que decidas hacer lo harás bien, solo
piensa que es lo que de verdad te hace feliz, lo que te ves haciendo a futuro,
lo que cada mañana que despiertes te motive a seguir adelante, lo que tu
corazón te dicte y tu alma llene – tomo mi mano – sabes que estaré contigo a
cada momento, apoyándote en lo que decidas hacer.
-
Gracias, de verdad muchas gracias – le dije
sinceramente
-
No tienes nada que agradecer, tu me has
dado más de lo que crees – dijo un tanto apenado – por ti cada día me esfuerzo
por ser una mejor persona, sacas siempre lo mejor que hay en mi y eso es algo
por lo que yo siempre estaré realmente agradecido – me quede sorprendida con
sus declaraciones - Bella, diablos ¿Por
qué tiene que ser tan difícil? – decía entre dientes.
-
¿Qué sucede? – pregunte, su cara reflejaba
la contradicción y el debate interno en el cual seguramente se encontraba.
-
Tal vez este no sea el mejor momento para
decirte esto pero…Si no lo saco realmente voy a explotar – se levanto y comenzó
a caminar de un lugar para el otro – Dios, bueno aquí voy – extendió su mano y
me ayudo a levantarme – Bella, sabes que desde siempre hemos sido amigos, los
mejores amigos, he sido tu confidente y muchas veces tu compañero de
travesuras, realmente significas mucho para mi, más de lo que tu piensas… y
quiero que me des una oportunidad – lo mire sin entender – si, se que tu corazón
esta herido, que realmente llegaste a enamorarte de el pero yo también lo estoy
de ti, no se desde que momento empezaron a cambiar mis sentimientos por ti, más
solo se que ahora te amo más que a nada en este mundo, que uno de mis sueños es
quitar esa tristeza que se aloja en tus ojos y cambiarla por una alegría
infinita que te llene todos los sentidos, que nunca más de tu cara se borre esa
sonrisa que tanto amo y que todos los días anhelo, dame la oportunidad de
ganarme tu corazón, de ser para ti el compañero perfecto en el trayecto de tu
vida, déjame demostrarte que puedes volver a amar a mi lado, que no hay nada
que temer – todo lo dijo tan rápido que no me dio tiempo de reaccionar – por
favor – suplicaba, tomo mi rostro entre sus manos y poco a poco se acerco a el
– dame tan solo una oportunidad – dijo y estampo sus labios con los míos, me
quede estática ¿Cómo se supone que debía reaccionar? Sentimientos encontrados,
sentimientos incomprendidos, emociones desbordantes que inundaban cada parte de
mi mente y retumbaban como campanas en mis oídos, reacciona, corresponde,
rechaza, olvida, ama una vez más, solo déjate llevar, fue la ultima voz que mi
conciencia me dicto, realmente lo necesitaba, cerré los ojos y me deje guiar por
la cadencia de sus movimientos, tierno, dulce y muy paciente, sus labios me
hicieron recordar mi primer beso… Jake,
apareció su rostro en mi mente, ¿Qué estaba haciendo?, me separe abruptamente
de el, no podía hacerle esto a Edward, no, no se lo merecía – ¿Qué sucede? –
preguntaba confundido.
-
Yo… yo… perdóname, yo… no, no puedo – dije
con un nudo en la garganta, lo mire apunto de llorar, dando unos pasos hacia
atrás alejándome poco a poco de su cuerpo.
-
Bella, no hagas esto – decía mientras
intentaba acercarse a mi nuevamente.
-
No, por favor no – me aleje lo más que pude
y me eche a correr. ¿Qué hice? El era mi mejor amigo y no podía arruinar
nuestra amistad de este modo, no podía, no lo resistiría.
Cuando estaba segura de que me había alejado lo suficiente deje de correr, fatigada y cansada me tumbe en el suelo, tome mi cabeza entre mis manos, las lagrimas no se hicieron esperar y nuevamente comencé a llorar, Dios, que tonta, absurda, ridícula y sola me sentía, tan infantil en mis acciones y tan indecisa en mis decisiones, ¿Qué camino debía de tomar? – Tu tienes la culpa de todo esto Jacob Black – me levante rápidamente del suelo y me acerque al pequeño muelle que había delante de mi, el estruendo producido por los truenos que resonaban en el cielo me asusto por un momento, pero no controlo lo que mi corazón quería gritarle – tu tienes la culpa por haberte ido de mi lado, por dejarme sola – la lluvia no se hizo esperar y cayo estrepitosamente sobre mi, disimulando convenientemente las lagrimas que corrían incontrolablemente sobre mi rostro – nunca supiste lo mucho que te amaba, la ilusión que me hacia tenerte, te fuiste sin importar si yo vivía o moría, eres un completo egoísta, no te importo que al marcharte me quedará vacía sin tu mirada, sin tu calida sonrisa ¿Dime que debo hacer Jake? – gritaba mientras miraba al cielo – ¿Dime de que maldita forma te olvido? ¿Por qué no me llevaste contigo? ¿Dime que hago para sacar este amor que lentamente me mata? ¿Que hago con esos sueños que alguna vez cree en mi mente y tenían la ilusión de hacerse algún día realidad? – el frío me calaba hasta los huesos, cubrí mi pecho con mis brazos intentando que aquel inmenso agujero que sentía desapareciera - ¿Dime que hago? ¿Dime que hago? – repetía – dime el camino que debo seguir, dímelo por favor – poco a poco el ritmo de mi corazón se tranquilizaba y el llanto cesaba, caí rendida sobre mis rodillas cuando una voz nuevamente me sorprendió.
Cuando estaba segura de que me había alejado lo suficiente deje de correr, fatigada y cansada me tumbe en el suelo, tome mi cabeza entre mis manos, las lagrimas no se hicieron esperar y nuevamente comencé a llorar, Dios, que tonta, absurda, ridícula y sola me sentía, tan infantil en mis acciones y tan indecisa en mis decisiones, ¿Qué camino debía de tomar? – Tu tienes la culpa de todo esto Jacob Black – me levante rápidamente del suelo y me acerque al pequeño muelle que había delante de mi, el estruendo producido por los truenos que resonaban en el cielo me asusto por un momento, pero no controlo lo que mi corazón quería gritarle – tu tienes la culpa por haberte ido de mi lado, por dejarme sola – la lluvia no se hizo esperar y cayo estrepitosamente sobre mi, disimulando convenientemente las lagrimas que corrían incontrolablemente sobre mi rostro – nunca supiste lo mucho que te amaba, la ilusión que me hacia tenerte, te fuiste sin importar si yo vivía o moría, eres un completo egoísta, no te importo que al marcharte me quedará vacía sin tu mirada, sin tu calida sonrisa ¿Dime que debo hacer Jake? – gritaba mientras miraba al cielo – ¿Dime de que maldita forma te olvido? ¿Por qué no me llevaste contigo? ¿Dime que hago para sacar este amor que lentamente me mata? ¿Que hago con esos sueños que alguna vez cree en mi mente y tenían la ilusión de hacerse algún día realidad? – el frío me calaba hasta los huesos, cubrí mi pecho con mis brazos intentando que aquel inmenso agujero que sentía desapareciera - ¿Dime que hago? ¿Dime que hago? – repetía – dime el camino que debo seguir, dímelo por favor – poco a poco el ritmo de mi corazón se tranquilizaba y el llanto cesaba, caí rendida sobre mis rodillas cuando una voz nuevamente me sorprendió.
-
¿Ya estas mejor? – voltee a mirar de donde
provenía esa voz y pude notar que era una señora que me miraba con ternura, su
ropa al igual que la mía se encontraba completamente mojada, solo asentí con mi
cabeza, intente inútilmente secar mis ojos con mi ropa – tienes que sacar todo
eso que traes dentro, a veces es bueno llorar, aunque gritar es mucho más
efectivo – me dio una sonrisa alentadora, ¿Habría escuchado todo lo que grite?
Que vergüenza sentía – no tienes porque avergonzarte, cuando uno trae una pena
en el alma lo mejor es expresarla, que no te de pena revelar lo que tu corazón
siente, ya que el es quien te guía en cada paso que des, y no puedes tomar
alguna decisión cuando no estas en paz con el
-
Perdón si la pregunta suena grosera pero ¿Quién
es usted? – pregunte mientras me levantaba.
-
¿Yo? Solo soy una turista que viene de paso
– dijo con una gran sonrisa en el rostro – el clima es algo cambiante ¿No
crees? – permanecí en silencio – me encanta regresar a este lugar cada año,
frío, calor, lluvia, hay de todo en este lugar – era verdad, el clima era tan
impredecible en este lado del hemisferio – puedo preguntar ¿Por qué le guardas
tanto rencor a esa persona que te abandono?
-
No es rencor el que tengo para el en mi
corazón – me miro sin comprender
-
Entonces ¿Qué fue todo eso que le gritaste?
¿Por qué le gritaste todo eso? Y perdón si te hago tantas preguntas pero me es
raro ver a una jovencita tan joven y hermosa como tu gritando todo eso.
-
Murió, la persona a la cual le grite todo
esto murió, el era mi… un gran amor – no podía decir que novio, ya que en
realidad nunca hubo un titulo como tal
-
Oh ahora entiendo – permaneció en silencio
por unos cuantos segundos – pero aun eres muy joven mi niña, aun puedes
encontrar el amor – dijo con dulzura.
-
Pero ¿Cómo es posible amar la luna después
de haber visto el sol? – aquel sol que llego para iluminar mi vida y enseñarme
que podía amar, había sido una tonta al recriminarle que me dejara sola,
nosotros no escogemos cuando venir a este mundo o cuando partir de el, “tonta,
tonta Isabella”, me recriminaba mentalmente.
-
Por lo que dices, creo que algún chico se
te ha declarado – inmediatamente el recuerdo de Edward y lo sucedido hace unas
cuantas horas golpeo mi mente atormentándome una vez más, asentí, no sabía que
más decir – ahora entiendo, ¿Algún amigo tal vez? – ¿Acaso era bruja? Me pregunte
mentalmente, ella solo rió – si seguramente un amigo, por la comparación que
haces de la luna y el sol, pero ¿Por qué no amar lo que te hace bien? – amar lo
que me hace bien, definitivamente el estar con Edward me hacia bien, me hacia
olvidar por un momento los fantasmas que rondaban mi mente.
-
Pero yo no quiero utilizarlo para olvidar –
dije en voz bajita – el se merece a alguien que lo ame de verdad, alguien que
se entregue por completo, yo no funciono bien, desde que el se fue, algo dentro
de mi se rompió, lloro sin razones lógicas y me encierro en mi burbuja de
soledad, sería injusto estar a medias con el, además de que es mi mejor amigo y
no quisiera perder su amistad…
-
El
primer amor jamás se olvida, y una relación jamás será igual a la anterior,
puede que encuentres alegría, puede que encuentres el dolor, pues uno nunca
sabe que es lo que sucederá, por lo que veo el sabe todo lo acontecido y aun
así te ha declarado su amor –la escuchaba atentamente – solo dale la
oportunidad a tu corazón de sanar, ya que nunca olvidará, yo no digo que ese
chico que se te declaro sea el amor de tu vida, pero puede ser un camino para
llegar a el, solo nunca debes perder la fe – iba a decirle algo pero no me dejo
continuar – es mejor que nos vayamos de aquí, el agua de las montañas no tardará
en llegar hasta este lugar, y estoy segura de que te estarán buscando – me dio
una palmada en el hombro y comenzó a caminar, de verdad no sabia como había llegado
hasta aquí, así que sin decir más solo la seguí, ¿Sería bueno comenzar de
nuevo? Ella tenía razón, jamás podría olvidarlo pero ¿Cómo continuar de nuevo
si mi pobre corazón estaba desilusionado? – No lo pienses mucho – comenzó a
hablar de nuevo la mujer – si te tardas mucho pensándolo el tren de la
felicidad te dejará y alguien más lo abordara por ti, solo deja que el – dijo
apuntando a mi corazón – decida lo que es correcto para ti, deja que el sea tu
guía y tu mejor consejero, deja que se equivoque si es que ha de hacerlo, pero nunca lo cayes, siempre síguelo, siempre
séle fiel.
-
Dios Bella – inmediatamente me di media
vuelta y vi que Edward venia corriendo a
mi encuentro, me abrazo y me acuno inmediatamente entre sus brazos - ¿Dónde
estabas? Te he estado buscando como un loco por todos los lugares que se me
ocurrieron y pensé que algo malo te había pasado – el ritmo de sus
respiraciones eran desesperadas – no hice más que devolverle el abrazo, “Se feliz”, escuche la voz de Jake en mi mente, tan débil
como un susurro, mi cuerpo y mi corazón se paralizaron por unos cuantos
segundos, pero creo que era hora de dejarlo ir, de entender que la vida
continuaba aun con su ausencia, aunque sabia que nunca lo olvidaría…
Glosario:
(Maluhia:
significa paz)
Hola Rb
ResponderBorrarWooaaauuu un capitulo con muchos contrastes...
amistad , cariño, alegrias y mucha mucha tristeza...pero es verdad como puedes amar
la luna cuando as conocido el sol....muy bueno
...espero el proximo
elsa
completamente de acuerdo con Elsa
ResponderBorrarespero pronto nos deleites con mas de tu historia
quiero a mi sooooooooooolllllllllll!!!!!
bien, lo superare pero no lo olvidare como Bella
jajajajajajajajajajajajajajajaja
jajajajajaja :3 dios mio... mil gracias por su apoyo y sus comentarios... jajaja :'( ni yo me explico eso... ¿COMO PODER AMAR A LA LUNA UNA VEZ QUE NUESTROS OJOS HAN QUEDADO MARAVILLADOS CON UN HERMOSO SOL? Aquel sol que nos ha llenado de brillantes y belleza, aquel sol que nos embriaga por completo y nos hace suspirar...
ResponderBorrarAwwww mil gracias de verdad... y esperen sorpresas... jaja la historia aun tiene tela de donde cortar... o eso creo :P jaja
Capitulo 17 en progreso