Te amaremos hasta que nuestro corazón deje de latir

28 de mayo de 2012

Atraccion Prohibida



Capitulo 5:Isabella Swan

Jacob P.O.V
-Bella, te presento al famoso Jacob Black y su esposa Reneesme Cullen
Cuando voltee a ver a la chica que me había contestado aquel día el teléfono, y que por una extraña razón hizo que pensará en su dulce voz. Quede totalmente perdido cuando la vi. Me atrevía a decir que era mucho más hermosa, delicada y perfecta que mi esposa.
-Un gusto, Jacob Black- dije extendiendo mi mano
-B...Be...Bella…Swann…- tartamudeo
-Ah… tu eres Bella ¿Cierto?- Me hice el desinteresado, pero me moría por saber si era ella o no
-S…ss…si
-Ánimos chica, no muerdo- Bromeé quería que por una extraña razón, no me temiera.
Le guiñe un ojo, es que esa mujer era tan hermosa y adorable, su cabello castaño cayendo en ondas por toda su espalda, aquel sonrojo que la hacía verse tan adorable, sus hermosos ojos chocolate, me hipnotizaron y su cuerpo… ¡Dios! Para ser una mujer estaba bien dotada. Había olvidado por completo a Reneesme, hasta que comenzó a carraspear.
"Mal momento mujer" pené
-Lo siento- me disculpe- Te presento a mi esposa Reneesme
-Bella Swan- contesto ella dándole la mano
-Un gusto- contesto mi fría esposa, haciéndole un gran desdén ¿Acaso Reneesme no se cansaba de ser tan… pedante?
-Tierra llamando a Bella…. ¿Bella?
-¿Eh?
-Bella- dijo un chico moreno sacudiéndola un poco, mientras yo encontraba de lo más interesante la pulsera de mi mujer.
-¿Qué sucede Embry?- le escuche decir
-¿Bailamos?
-Claro, vamos; hasta luego- se despidió, por lo que yo le correspondí con una sonrisa y mi esposa la ignoro.
Los seguí con la vista y pude ver como se situaban en una costado de la pista para después comenzar a bailar al ritmo de la música, ambos estaban callados y sin mirarse. No quería alejarme de ella, así que tome de la mano a mi esposa y la lleve a la pista de baile comenzamos a movernos al ritmo de la música, y con cada paso que dábamos nos acercábamos un poco más a ellos.
-¿Qué sucede Jacob?
-Nada Reneesme- conteste fríamente
-¿Entonces?-dijo un poco enfadada.
-Lo que pasa- comenté- es que no puedes tratar a la gente como a ti se te pegue tu gana
-Ya vas a comenzar- susurro
Ambos nos quedamos callados, no quería volver a discutir con ella, siempre era lo mismo, peleas, por x o y motivo, siempre había una pelea y eso ya me estaba fastidiando. Ella miraba por sobre mi hombro, y por lo visto, no le estaba yendo tan a bien a quien observaba. De repente me beso, sorprendido por la actitud tan bipolar de mi mujer, le correspondí el beso; pero fue un beso, simple, sin amor, sin nada, solo por obligación.
-Amor- dijo de una manera tan empalagosa que me mareo- Iré a tomar un poco de aire
-De acuerdo ve- le dije
Una vez que Reneesme se fue, mi campo visual fue a parar directamente a la pareja que bailaba a unos metros de mí. Me acerque y pude apreciar toda la parte trasera de Bella, y estaba condenadamente bien, sus caderas se movían al compas de la música y su cabello bailaba de la misma manera sobre su espalda blanca, y tersa. Ambos estaban concentrados en su baile y yo observando a la chica, que chocaron conmigo y no tuve tiempo de reaccionar y solo actuar.
-¿Bella me permites esta pieza?- dije
-Yo… este… si- dudó
-Te veo en la mesa Bella- dijo el chico y se alejo de nosotros para dejarnos solos.
Esta era mi oportunidad de tenerla cerca. La tomé de la mano y una extraña descarga eléctrica recorrió mi cuerpo, ella pareció notarlo porque tembló ligeramente ante ello; coloqué mi mano en su hermosa y pequeña cintura, tan bien se sentía tenerla, y ella puso su fina mano sobre mi hombro. Comenzó a sonar una canción, que no tenía nada que ver con nuestra forma de bailar, pero a mí no me importaba, solo quería tenerla en mis brazos y poder degustarme con su aroma a fresas, tan dulce como ella. Ninguno de los dos hablábamos, todo era entendido con nuestras miradas que estaban conectadas, solo los movimientos y miradas decían todo. Hasta que rompí el silencio:
-¿Tu…Edad?- jadeé, la chica me ponía muy nervioso
-Dieciocho- contestó
-Es muy chica…-susurré, dieciocho, era muy chica, pensé que tendría no se unos veinte, veinticinco, no dieciocho
-Cuéntame de ti Bella- le hable con la voz un poco grave por el deseo
-Bueno, tengo dieciocho años, me gusta la música, leer, comer chocolate, dormir, estar con mis padres y mis amigos, salir al cine, ver el atardecer, soy la asistente personal de Edward Cullen y la mejor amiga de su asiste señor Black
-Dime Jake- susurré no quería que me tratara de usted necesitaba que me hablara de tu, que fuera alguien indispensable para ella.
-Jake- repitió
En un movimiento, la acerque más a mi cuerpo y le hice sentir como me tenía. ¡Qué te pasa Black! Eres un caballero no un hombre de la edad de piedra, ¡Aléjate de ella! Debía, debía alejarme, pero no quería, quería embriagarme de su dulce aroma, quería poseerla, quería… Puf, ya estaba delirando. Necesitaba decir algo antes de seguir con pensamientos morbosos en donde la protagonista era aquella dulce chica.
-Soy socio de los Cullen, tengo veintisiete años, estoy casado- "para mi mala fortuna"pensé- me gusta el deporte, también me gusta la música, leo libros de todo, saco a pasear a mi perro, y me gusta la compañía de buenas personas…
"Sobre todo la tuya Bella"
Poco a poco acercaba mi rostro al suyo, y pude oler su fragancia con mucha mayor intensidad. El olor a fresas me rodeaba y aspiraba con discreción, para así poder tener un poco más de ella, quería recordar por siempre aquel dulce olor, inconscientemente entre abrí mi boca para poder besara bella.
¡Que todo se vaya al carajo! La chica me gustaba no había duda de eso, me traía loco, y quería besarla.
-Lo siento- se disculpo al saber mis intenciones y se fue directo al baño.
-Bravo Black- me auto regañe- La has asustado
Oh no, esto no se quedaría así, tenía que probar aquel suculento manjar, tenía que saber, que ella sintió lo mismo que yo, tenía que saber…que yo también le gustaba. Así que con paso decido me dirigí al baño de damas, me detuve frente a la puerta y respire varias veces, lo cierto es, que estaba nervioso ¿Por qué lo estaba? Quizás porque tenía miedo a que me rechazara, y estaría en lo correcto si lo hace, ella es una chicaprohibida.
-Todo al carajo- me dije
Entre al baño, y cerré la puerta y me coloque atrás de ella, sus ojos y los míos estaban igual, oscuros, dilatados por una misma razón: El deseo. Mi pechos e inflo de orgullo al saber que ella sentía lo mismo que yo. Ella soltó un gritillo de horror y su piel empalideció más de lo que ya era.
-¿Qué haces aquí?- escupió volteándome a ver
-Yo…- estaba nervioso- no lo sé… pero... de... lo que se… es que tu también sientes lo mismo que yo…-solté
-¿De qué hablas?
-Cuando… tu… y….yo… bailamos, aquella sensación- decía acercándome poco a poco a ella-¿Lo sentiste?
-No se dé que hablas- dijo retrocediendo, pero para mí fortuna choco con el lavabo-No… no… no te… acer… ques.
Me arriesgue. Me acerque lentamente hacia ella pegando todo nuestros cuerpos, para poder sentir todas sus curvas, sus pechos y para que ella sintiera cada parte de mí. Ella cerró sus hermosos ojos, y aspiraba con fuerza mi aroma, eso hizo que tomara la iniciativa.
-Sé…-susurre en su oído- Se que es muy pronto, yo mismo lo sé; pero…hay algo que, no sé cómo explicarte, creo que fue mucho más fuerte que el amor a primera vista.
¿Qué dije? ¿Eso sonó como a declaración de amor?
-No, tú me gustas mucho, desde que te vi Bella- reformule mi declaración- Y desde hace un largo tiempo quiero probar esos labios carnosos que me hacen la atenta invitación a saborearlos
Oh si, tenía que probar esos lindos labios a como diera lugar, los observaba atentamente, quería saber los sabores inimaginables que guardaba aquella pequeña pero tentadora boca. Me acercaba poco a poco, pero el movimiento de ella me tomo por sorpresa.
Ella me beso.
Atónito por su reacción no pude, comprender hasta que ella comenzó a mover sus labios sobre los míos entonces, conteste el beso.
Era mucho mejor de lo que había imaginado, aquella boca emanaba miles de sabores tan exquisitos y prohibidos como su dueña; tan cálida, y húmeda, no podía dejar de probar aquel manjar, quería embriagarme de sus besos, de su aroma, de toda ella quería ser. La tomé un poco bruscamente de la cintura y la atraje más asía mi, pis pantalones me estaban apretando, quería que ella sintiera como me tenía, como me tría desde hace rato, mi lengua delineaba su labio inferior haciendo que ella suspirara de placer, entonces pedí permiso para poder entrar a su boca y ella inmediatamente me lo concedía y yo me degustaba el exquisito sabor de su saliva, "Hmm deliciosa…" pensaba
Sentía las ganas de hacerla mi mujer, de tomarla ahí mismo y hacerle el amor, que gritara mi nombre y que me dijera que le gustaba tanto como ella a mí, pero ante todo, era un caballero y quería respetarla como tal, pero ¡Dios! Esta chica, con sus gemidos, sus caricias hacia que perdiera la poca cordura que tenía. Mis manos recorrían cada curva de ella, me moría por masajear sus pechos, pero no debía, sus finas manos se enredaron en mi cabello y tira de el suavemente, esto me hizo ponerme más "ansioso" y gemir de placer…
Hace mucho que no tocaba a una mujer así…
Ella poco a poco separo nuestros cuerpos y deshizo el beso, alejándose de mí, pero apoyando su frente contra la mía, cerró los ojos y trataba de respirar normalmente
-Esto…esto… no tuvo que pasar- me dijo
-¿No te gusto?- pregunté mirándola directamente a los ojos sin separar nuestras frentes- ¿No te gusto Bella?
-Claro que me gusto, demasiado diría yo, pero…-Eso me alegro pero agrego- Eres casado, mayor que yo por nueve años, y yo solo soy, una chiquilla a comparación de tu mujer, no debía de pasar esto
-Yo también se eso- contesté- Se que soy casado, sé que soy nueve años mayor que tu; pero no eres menos bonita que Reneesme, además a mí también me gusto.- Era la verdad, y si pudiera estar soltero, lo haría para poder estar con ella.
Se sonrojo ante mi comentario. Eso me agrado, quizá eso decía que le alegro el saber, que yo la veía hermosa
-Lo siento- dijo separándose de mil, bajándo del lavabo y acomodando su cabello y vestido- Esto no tuvo que pasar.
-Pero Bella…- trataba de alegar
-Nos vemos…Señor Black
Y salió de ese Baño, dejándome un poco mal.
Era la primera vez en mis cinco años de casado, que me sentía completamente un hombre enamorado.
Por primera vez.

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