Capitulo 5:Isabella Swan
Jacob P.O.V
-Bella, te presento al famoso Jacob Black y su esposa
Reneesme Cullen
Cuando voltee a ver a la chica que me había contestado aquel
día el teléfono, y que por una extraña razón hizo que pensará en su dulce voz.
Quede totalmente perdido cuando la vi. Me atrevía a decir que era mucho más
hermosa, delicada y perfecta que mi esposa.
-Un gusto, Jacob Black- dije extendiendo mi mano
-B...Be...Bella…Swann…- tartamudeo
-Ah… tu eres Bella ¿Cierto?- Me hice el desinteresado, pero
me moría por saber si era ella o no
-S…ss…si
-Ánimos chica, no muerdo- Bromeé quería que por una extraña
razón, no me temiera.
Le guiñe un ojo, es que esa mujer era tan hermosa y
adorable, su cabello castaño cayendo en ondas por toda su espalda, aquel
sonrojo que la hacía verse tan adorable, sus hermosos ojos chocolate, me
hipnotizaron y su cuerpo… ¡Dios! Para ser una mujer estaba bien dotada. Había
olvidado por completo a Reneesme, hasta que comenzó a carraspear.
"Mal momento mujer" pené
-Lo siento- me disculpe- Te presento a mi esposa Reneesme
-Bella Swan- contesto ella dándole la mano
-Un gusto- contesto mi fría esposa, haciéndole un gran
desdén ¿Acaso Reneesme no se cansaba de ser tan… pedante?
-Tierra llamando a Bella…. ¿Bella?
-¿Eh?
-Bella- dijo un chico moreno sacudiéndola un poco, mientras
yo encontraba de lo más interesante la pulsera de mi mujer.
-¿Qué sucede Embry?- le escuche decir
-¿Bailamos?
-Claro, vamos; hasta luego- se despidió, por lo que yo le
correspondí con una sonrisa y mi esposa la ignoro.
Los seguí con la vista y pude ver como se situaban en una
costado de la pista para después comenzar a bailar al ritmo de la música, ambos
estaban callados y sin mirarse. No quería alejarme de ella, así que tome de la
mano a mi esposa y la lleve a la pista de baile comenzamos a movernos al ritmo
de la música, y con cada paso que dábamos nos acercábamos un poco más a ellos.
-¿Qué sucede Jacob?
-Nada Reneesme- conteste fríamente
-¿Entonces?-dijo un poco enfadada.
-Lo que pasa- comenté- es que no puedes tratar a la gente
como a ti se te pegue tu gana
-Ya vas a comenzar- susurro
Ambos nos quedamos callados, no quería volver a discutir con
ella, siempre era lo mismo, peleas, por x o y motivo, siempre había una pelea y
eso ya me estaba fastidiando. Ella miraba por sobre mi hombro, y por lo visto,
no le estaba yendo tan a bien a quien observaba. De repente me beso,
sorprendido por la actitud tan bipolar de mi mujer, le correspondí el beso;
pero fue un beso, simple, sin amor, sin nada, solo por obligación.
-Amor- dijo de una manera tan empalagosa que me mareo- Iré a
tomar un poco de aire
-De acuerdo ve- le dije
Una vez que Reneesme se fue, mi campo visual fue a parar
directamente a la pareja que bailaba a unos metros de mí. Me acerque y pude
apreciar toda la parte trasera de Bella, y estaba condenadamente bien, sus
caderas se movían al compas de la música y su cabello bailaba de la misma
manera sobre su espalda blanca, y tersa. Ambos estaban concentrados en su baile
y yo observando a la chica, que chocaron conmigo y no tuve tiempo de reaccionar
y solo actuar.
-¿Bella me permites esta pieza?- dije
-Yo… este… si- dudó
-Te veo en la mesa Bella- dijo el chico y se alejo de
nosotros para dejarnos solos.
Esta era mi oportunidad de tenerla cerca. La tomé de la mano
y una extraña descarga eléctrica recorrió mi cuerpo, ella pareció notarlo
porque tembló ligeramente ante ello; coloqué mi mano en su hermosa y pequeña
cintura, tan bien se sentía tenerla, y ella puso su fina mano sobre mi hombro.
Comenzó a sonar una canción, que no tenía nada que ver con nuestra forma de
bailar, pero a mí no me importaba, solo quería tenerla en mis brazos y poder
degustarme con su aroma a fresas, tan dulce como ella. Ninguno de los dos
hablábamos, todo era entendido con nuestras miradas que estaban conectadas,
solo los movimientos y miradas decían todo. Hasta que rompí el silencio:
-¿Tu…Edad?- jadeé, la chica me ponía muy nervioso
-Dieciocho- contestó
-Es muy chica…-susurré, dieciocho, era muy chica, pensé que
tendría no se unos veinte, veinticinco, no dieciocho
-Cuéntame de ti Bella- le hable con la voz un poco grave por
el deseo
-Bueno, tengo dieciocho años, me gusta la música, leer,
comer chocolate, dormir, estar con mis padres y mis amigos, salir al cine, ver
el atardecer, soy la asistente personal de Edward Cullen y la mejor amiga de su
asiste señor Black
-Dime Jake- susurré no quería que me tratara de usted
necesitaba que me hablara de tu, que fuera alguien indispensable para ella.
-Jake- repitió
En un movimiento, la acerque más a mi cuerpo y le hice sentir
como me tenía. ¡Qué te pasa Black! Eres un caballero no un hombre de la edad de
piedra, ¡Aléjate de ella! Debía, debía alejarme, pero no quería, quería
embriagarme de su dulce aroma, quería poseerla, quería… Puf, ya estaba
delirando. Necesitaba decir algo antes de seguir con pensamientos morbosos en
donde la protagonista era aquella dulce chica.
-Soy socio de los Cullen, tengo veintisiete años, estoy
casado- "para mi mala fortuna"pensé- me gusta el deporte,
también me gusta la música, leo libros de todo, saco a pasear a mi perro, y me
gusta la compañía de buenas personas…
"Sobre todo la tuya Bella"
Poco a poco acercaba mi rostro al suyo, y pude oler su
fragancia con mucha mayor intensidad. El olor a fresas me rodeaba y aspiraba
con discreción, para así poder tener un poco más de ella, quería recordar por
siempre aquel dulce olor, inconscientemente entre abrí mi boca para poder
besara bella.
¡Que todo se vaya al carajo! La chica me gustaba no había
duda de eso, me traía loco, y quería besarla.
-Lo siento- se disculpo al saber mis intenciones y se fue
directo al baño.
-Bravo Black- me auto regañe- La has asustado
Oh no, esto no se quedaría así, tenía que probar aquel
suculento manjar, tenía que saber, que ella sintió lo mismo que yo, tenía que
saber…que yo también le gustaba. Así que con paso decido me dirigí
al baño de damas, me detuve frente a la puerta y respire varias veces, lo
cierto es, que estaba nervioso ¿Por qué lo estaba? Quizás porque tenía miedo a
que me rechazara, y estaría en lo correcto si lo hace, ella es una chicaprohibida.
-Todo al carajo- me dije
Entre al baño, y cerré la puerta y me coloque atrás de ella,
sus ojos y los míos estaban igual, oscuros, dilatados por una misma razón: El
deseo. Mi pechos e inflo de orgullo al saber que ella sentía lo mismo que yo.
Ella soltó un gritillo de horror y su piel empalideció más de lo que ya era.
-¿Qué haces aquí?- escupió volteándome a ver
-Yo…- estaba nervioso- no lo sé… pero... de... lo que se… es
que tu también sientes lo mismo que yo…-solté
-¿De qué hablas?
-Cuando… tu… y….yo… bailamos, aquella sensación- decía
acercándome poco a poco a ella-¿Lo sentiste?
-No se dé que hablas- dijo retrocediendo, pero para mí
fortuna choco con el lavabo-No… no… no te… acer… ques.
Me arriesgue. Me acerque lentamente hacia ella pegando todo
nuestros cuerpos, para poder sentir todas sus curvas, sus pechos y para que
ella sintiera cada parte de mí. Ella cerró sus hermosos ojos, y aspiraba con
fuerza mi aroma, eso hizo que tomara la iniciativa.
-Sé…-susurre en su oído- Se que es muy pronto, yo mismo lo
sé; pero…hay algo que, no sé cómo explicarte, creo que fue mucho más fuerte que
el amor a primera vista.
¿Qué dije? ¿Eso sonó como a declaración de amor?
-No, tú me gustas mucho, desde que te vi Bella- reformule
mi declaración- Y desde hace un largo tiempo quiero probar esos
labios carnosos que me hacen la atenta invitación a saborearlos
Oh si, tenía que probar esos lindos labios a como diera
lugar, los observaba atentamente, quería saber los sabores inimaginables que
guardaba aquella pequeña pero tentadora boca. Me acercaba poco a poco, pero el
movimiento de ella me tomo por sorpresa.
Ella me beso.
Atónito por su reacción no pude, comprender hasta que ella
comenzó a mover sus labios sobre los míos entonces, conteste el beso.
Era mucho mejor de lo que había imaginado, aquella boca
emanaba miles de sabores tan exquisitos y prohibidos como su dueña; tan cálida,
y húmeda, no podía dejar de probar aquel manjar, quería embriagarme de sus
besos, de su aroma, de toda ella quería ser. La tomé un poco bruscamente de la
cintura y la atraje más asía mi, pis pantalones me estaban apretando, quería
que ella sintiera como me tenía, como me tría desde hace rato, mi lengua
delineaba su labio inferior haciendo que ella suspirara de placer, entonces
pedí permiso para poder entrar a su boca y ella inmediatamente me lo concedía y
yo me degustaba el exquisito sabor de su saliva, "Hmm
deliciosa…" pensaba
Sentía las ganas de hacerla mi mujer, de tomarla ahí mismo y
hacerle el amor, que gritara mi nombre y que me dijera que le gustaba tanto
como ella a mí, pero ante todo, era un caballero y quería respetarla como tal,
pero ¡Dios! Esta chica, con sus gemidos, sus caricias hacia que perdiera la
poca cordura que tenía. Mis manos recorrían cada curva de ella, me moría por
masajear sus pechos, pero no debía, sus finas manos se enredaron en mi cabello
y tira de el suavemente, esto me hizo ponerme más "ansioso" y gemir
de placer…
Hace mucho que no tocaba a una mujer así…
Ella poco a poco separo nuestros cuerpos y deshizo el beso,
alejándose de mí, pero apoyando su frente contra la mía, cerró los ojos y
trataba de respirar normalmente
-Esto…esto… no tuvo que pasar- me dijo
-¿No te gusto?- pregunté mirándola directamente a los ojos
sin separar nuestras frentes- ¿No te gusto Bella?
-Claro que me gusto, demasiado diría yo, pero…-Eso me alegro
pero agrego- Eres casado, mayor que yo por nueve años, y yo solo soy, una
chiquilla a comparación de tu mujer, no debía de pasar esto
-Yo también se eso- contesté- Se que soy casado, sé que soy
nueve años mayor que tu; pero no eres menos bonita que Reneesme, además a mí
también me gusto.- Era la verdad, y si pudiera estar soltero, lo haría para
poder estar con ella.
Se sonrojo ante mi comentario. Eso me agrado, quizá eso
decía que le alegro el saber, que yo la veía hermosa
-Lo siento- dijo separándose de mil, bajándo del lavabo y
acomodando su cabello y vestido- Esto no tuvo que pasar.
-Pero Bella…- trataba de alegar
-Nos vemos…Señor Black
Y salió de ese Baño, dejándome un poco mal.
Era la primera vez en mis cinco años de casado, que me
sentía completamente un hombre enamorado.
Por primera vez.
haaaaaaaaaaaaaaa
ResponderBorrarHOMBRE ENAMORADO
SIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!!!!!!!!!